Carta del Presidente de la República,
Álvaro Uribe Vélez
Prólogo a la Política de Defensa y
Seguridad Democrática
2003
Recuperar el orden y la seguridad -requisito cardinal para
la vigencia real de las libertades y los derechos humanos- es preocupación central
de este Gobierno. La Seguridad Democrática es lo que se requiere para
garantizar la protección de los ciudadanos. Que el Estado proteja a todos por
igual y sin distinción, para que todos los colombianos puedan disfrutar de sus
derechos.
La Seguridad Democrática tiene unos
principios guías y unas políticas que están en desarrollo. En este documento
presentamos la carta de navegación de lo hecho y de lo que está por hacer, para
que servidores del Estado, miembros de la Fuerza Pública y ciudadanos conozcan
el conjunto de nuestra política de seguridad y participen en ella.
La Seguridad Democrática se diferencia
de las concepciones de seguridad profesadas por regímenes autoritarios,
partidarios de la hegemonía ideológica y la exclusión política. Este Gobierno
no hace suyas concepciones de otras épocas como la "Seguridad
Nacional" en América Latina, que partía de considerar a un grupo
ideológico o partido político como "enemigo interno". Nosotros
predicamos que todos son bienvenidos en la democracia. La oposición, los que
disientan de las ideas del Gobierno o de su partido, serán protegidos con el
mismo cuidado que los amigos o partidarios del Gobierno.
No hay contradicción entre seguridad y
democracia. Por el contrario, la seguridad garantiza el espacio de discrepancia,
que es el oxígeno de toda democracia, para que disentir no signifique exponer
la seguridad personal. Pero hay que trazar una línea nítida entre el derecho a
disentir y la conducta criminal. Sólo cuando el Estado castiga implacablemente
el crimen y combate la impunidad hay plenas garantías para ejercer la oposición
y la crítica.
La antípoda de la política democrática
es el terrorismo, que pretende imponer por la violencia su voluntad sobre los
otros, al costo de la vida de miles de civiles. Es lo que hemos visto en los
atentados del club El Nogal en Bogotá y de Neiva. Es lo que hemos visto en
Fortul, Arauca, donde terroristas engañaron a un niño con una bicicleta bomba
que luego activaron, acabando con su vida. Frente al terrorismo sólo puede haber
una respuesta: derrotarlo. Quienes persistan en el uso de esta práctica
criminal, soportarán todo el peso de la ley
Los colombianos no cederemos ante esa
amenaza. La vamos a derrotar con la colaboración de toda la ciudadanía. El
concepto clave aquí es solidaridad. Solidaridad entre los ciudadanos y
solidaridad con la Fuerza Pública. Este principio, esencial en el texto de
nuestra Constitución, es fundamental para la convivencia, para la creciente
consolidación en la integración profunda del pueblo colombiano. La masiva
respuesta de la población a la cooperación dentro del marco institucional ha
demostrado la determinación del pueblo colombiano de acabar con el terrorismo.
También necesitamos la solidaridad de
otros países, en especial de la región, para frenar el terrorismo y su aliado
el narcotráfico. Tenemos que congelar sus cuentas, perseguir a sus hombres,
entregarlos a la justicia. Lo he dicho en repetidas ocasiones: quien toma la
decisión de albergar el terrorismo termina siendo víctima del terrorismo. Para
derrotar el terrorismo no hay soberanía de naciones, sino soberanía
democrática. La lucha es de la soberanía de los Estados y de las naciones
democráticas contra la soberanía del terrorismo. La lucha es de todos contra el
terrorismo.
Requerimos eficacia con transparencia.
Eficacia, que se mide en resultados, y transparencia, que se mide en la
observancia de los derechos humanos. Tenemos la suerte en Colombia de contar
con una Fuerza Pública respetuosa como ninguna en el continente de la democracia
y del orden constitucional. La eficacia dentro de la transparencia y del
acatamiento al ordenamiento jurídico es la base sobre la que debemos actuar.
Recuperaremos la seguridad de nuestros
ciudadanos sin limitar sus libertades. Colombia siempre ha sido ejemplo en
América Latina de la libertad de prensa. No ha pasado por la mente de este
Gobierno restringir esa libertad, con normas jurídicas excepcionales o
permanentes. Sólo pedimos a los periodistas, como a todos los ciudadanos,
actuar con responsabilidad a la hora de divulgar información que pueda poner en
peligro la seguridad de todos.
Nuestra actuación será de frente y con
las cartas sobre la mesa. La Fuerza Pública constituye el elemento coercitivo
de la Constitución para proteger la vida, la libertad y los bienes de los
ciudadanos. No es un actor de guerra ni de conflicto y no debemos permitir que
se le iguale a grupos violentos, contra los cuales actuará con absoluta
determinación, llámense como se llamen. La legitimidad de nuestras
instituciones depende de nuestra determinación de luchar por igual contra toda
organización, grupo o persona que amenace la seguridad de los ciudadanos, de
las instituciones y de la democracia.
Tenemos tanta generosidad para albergar
a los que desistan de la vía violenta, como firmeza para derrotar el
terrorismo. Así como no desmayaremos para derrotar al último de los
terroristas, los que quieran hacer la paz con el Estado colombiano tienen la
oportunidad de hacerla rápidamente, acogiéndose a la política de
desmovilización. Hemos hecho un llamado a los jóvenes campesinos, a los jóvenes
de los sectores urbanos que han sido engañados o forzados a hacer parte de los
grupos violentos a que abandonen las armas. Cómo se frustra la familia del
campesino, cómo sufre la familia urbana cuando los hijos son obligados por
estas organizaciones a ingresar a sus filas. Tenemos toda la disposición de
acoger a todos aquellos que renuncien a la violencia, a darles todas las
garantías de seguridad y las oportunidades de educación para que se reintegren
a la sociedad. Quienes manteniendo pudor político crean que aún tienen ideas
para defender, que rechacen la vía de la violencia y vengan a desmovilizarse o
a hacer un acuerdo de paz con el Gobierno. Les daremos todas las garantías para
ejercer la política que merece el disidente en la democracia.
La seguridad no se alcanza sólo con los
esfuerzos de la Fuerza Pública. Este va a ser un esfuerzo de todo el Estado, de
todos los colombianos. Una estructura estatal fuerte, apoyada en la solidaridad
ciudadana, garantiza el imperio de la ley y el respeto de los derechos y
libertades.
El imperio de la ley es también garantía
de desarrollo y prosperidad económica. Cada vez que hay un secuestro se afecta
profundamente la confianza de los inversionistas, se dispersan los capitales y
se pierden fuentes de empleo. Cuando la Seguridad Democrática desarrolla una
política para eliminar el secuestro, está defendiendo al pueblo y las garantías
sociales básicas.
Hemos avanzado, pero el camino es largo.
Este es un esfuerzo de años, que requiere perseverancia en la política y
resultados concretos para que sea sostenible nuestra demanda permanente de
apoyo a los ciudadanos, para que paguen sus impuestos con convicción, para que
los soldados y los policías estén acompañados permanentemente por el ánimo
popular. No descansaremos hasta hacer de la Seguridad Democrática una realidad
para todos los colombianos.
DECLARACIÓN
DEL PRESIDENTE ALVARO URIBE VÉLEZ TRAS ATENTADO EN EL NOGAL
Bogotá, 8
feb. CNE. La siguiente es la declaración del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, en horas de la madrugada, al finalizar su recorrido por las
instalaciones del Club El Nogal de Bogotá, horas después de que éste fuera
víctima de un atentado terrorista:
“El país
sufre nuevamente una terrible arremetida de esto grupos. Quiero expresar a
todos los heridos, a sus familiares y a los familiares de quienes han fallecido
todo nuestro sentimiento de solidaridad, de dolor.
Quiero
decirle al pueblo de Bogotá, que todos los colombianos estamos con nuestra
capital. Es un momento de mucho dolor, pero también tiene que ser un momento de
mucho compromiso y de mucho respeto.
Cuando se
tolera el terrorismo, el terrorismo simplemente tiene altibajos estratégicos
pero nunca desaparece. La decisión que tiene que tomar Colombia es derrotar el
terrorismo. Esta noche llamó nuevamente a la Fuerza Pública y a la Fiscalía a
hacer un gran trabajo y a redoblar esfuerzos.
Ayer --por
unas capturas de la Policía en Bogotá, y en Cundinamarca esta mañana con otras
capturas que incluyen los terroristas de la bomba de diciembre en contra de
residencias Tequendama--, habíamos tenido motivos de tranquilidad. Sin embargo,
esta noche el terrorismo ha vuelto a hacer un profundo daño.
Vamos a
redoblar esfuerzos para no capturar a algunos, sino a todos. Pido nuevamente el
apoyo de todos los colombianos y de todos los bogotanos para que colaboremos
con la Fuerza Pública y a ésta le pido que sea muy receptiva y que tenga la
mejor disposición para recibir información y la ciudadanía proceda con mucha
diligencia y determinación a informar.
La señora
Ministra de la Defensa y el señor Alcalde de Bogotá constituyeron, desde el mes
de diciembre, un fondo común para pagar recompensas. Acompañamos la oferta del
señor Alcalde de una recompensa de 500 millones de pesos para que aquellas
personas que den información, tengan adicionalmente un elemento económico que
les ayude en el evento de tener dificultades económicas.
El país
sigue siendo azotado por estos grupos. Hoy más que nunca debemos reiterar que
con el terrorismo no se puede jugar. Al terrorismo no se le puede contemplar. A
la arrogancia, a la ceguera del terrorismo no se le puede tener consideración.
El mundo no debe venir a Colombia a pedirnos consideraciones con el terrorismo.
Necesitamos
que el mundo democrático venga a Colombia a ayudarnos a derrotar el terrorismo.
Necesitamos que así como se está dando en Naciones Unidas una discusión sobre
el caso Irak, el mundo tome la decisión de ayudar a Colombia. Necesitamos la
tecnología de los países democráticos, sus recursos técnicos, sus recursos
financieros, sus sistemas de transporte, para que le ayuden a nuestra Fuerza
Pública y a nuestra Fiscalía a derrotar los terroristas.
Esta
tragedia es hija de esa mezcla que es la droga y la violencia, un nuevo
padecimiento del pueblo colombiano. Mientras en muchos países del mundo toleran
el consumo de droga, toleran el lavado de activos, fabrican insumos químicos
que despachan a Colombia, aquí arman a estos grupos violentos, introducen
tragedias como la que se registra esta noche en las calles de Bogotá.
Por favor:
que el mundo no siga haciendo de esta tragedia de Colombia, simplemente una
noticia, que tomen decisiones para ayudar a Colombia de verdad. Sé que los
violentos han estado haciendo todos los esfuerzos para doblegar la férrea
conciencia de los colombianos.
A pesar del
dolor que todos sentimos, a pesar de la magnitud del dolor de los heridos, de
la magnitud del dolor de los familiares que han fallecido, pido a todos los
compatriotas que no cedamos ante el terrorismo, que no aflojemos en la decisión
de derrotarlo, que fortalezcamos esta noche los resortes morales de la sociedad
de Colombia, que la decisión sea un sola: sin vacilación a derrotar a los
violentos, a capturarlos pero a todos.
Hay muy poco
que agregar. Este impacto de esta noche es la convocatoria a la comunidad
internacional. Algunos han sido demasiado consecuentes con el terrorismo
colombiano, los reciben en sus países, les abren todos los canales de
comunicación, los reconocen como legítimos interlocutores y no saben que
simplemente los estimulan a cometer estos crímenes de lesa humanidad contra el
pueblo colombiano.
Por favor:
no más indulgencias, no más complicidad, no más blandura con el terrorismo,
nosotros lo que necesitamos es derrotarlo. En Colombia tenemos toda la
determinación. El mundo, que ha ayudado a financiarlos con el negocio de la
droga, el mundo que ha ayudado a financiarlo con las instrucciones, el mundo
que les ha guardado su dinero en los bancos internacionales, ese mundo debe
cambiar hoy y ponerse del lado de las autoridades y del pueblo de Colombia para
derrotar el terrorismo.
Me duele mucho
tener que registrar estos hechos, desgarra el alma esta tragedia. Mis
condolencias a este gran pueblo bogotano que ha sufrido tanto, a todos los
compatriotas.
Sé que
tendríamos que ser más eficaces para no evitar solamente dos o tres carros
bombas sino para evitarlos todos. Tenemos años que los marcan los terroristas,
nos acaban de hacer este daño tan grande pero si persistimos en la
determinación, si persistimos en la acción, si persistimos a pesar del dolor y
el desconcierto se tendrá que repetir lo que siempre ocurre para bien del
pueblo: el delito hace mucho daño pero no triunfa, el triunfo finalmente será
de la democracia, del ordenamiento jurídico de la gente de bien.
A mis
compatriotas, en medio del dolor, una voz de ánimo. Colombia está en un momento
único ideal para derrotar el terrorismo y al mundo no más divagaciones, no más
debate estéril, al mundo democrático he pedido determinación para que nos
ayuden a superar este daño tan grande que han ayudado a causar.
A todos, en
medio del dolor, un saludo con afecto y al mismo tiempo una convocatoria para
que unida nuestra Policía, nuestro Ejército, nuestra Fiscalía, nuestras
autoridades civiles, nuestro pueblo con un apoyo que esperamos sea fervoroso,
eficaz y resuelto de la comunidad internacional, emprendamos el camino
definitivo de derrotar el terrorismo”.
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